La vida de la hormiga negra, no hay parámetros de
belleza, su mundo es sencillamente el de la piedra el de la tierra el de las
hojas caídas y en ese sórdido devenir su ir-venir es certero. Ella sabe de
dónde viene y a hacia donde se dirige. Tiene un camino marcado de antemano o
eso parece a nuestros ojos humanos tan humanos que no pueden prescindir del
sentido riguroso de las averiguaciones aviesas. De la vida de la hormiga todo
ha sido dicho excepto, claro, que ahora las descubro por primera vez y las miro
con una mirada extraviada de ella misma para saber m+as de mí misma sin
hacerles el daño... ¿y yo iba a ir por ahí intentando matarlas con un químico producto? Ellas están ocupadas, me ignoran y eso es un privilegio
porque gracias a ellas puedo ser, a pesar de ellas, algo que nunca hubiera sido, una atenta atendedora
de sus vidas, que la mira y las miras y no les pierde pisada. A esta altura de
la siesta sé que ellas viven de deprisa, más convencidas de sus vidas que yo de
la mía y están urgidas por un melodrama vital, acarrean, van y vienen están
concentradas en una tarea que es demasiado privada para que yo la entienda. Sobre
todo, eso, no están en el mundo para ser entendidas por nadie, viven su vida
diaria, diurna y nocturna, a veces sonámbulas, y me ignoran tan sabiamente que
me privo de pisarlas por si acaso son ellas el misterio del universo que ando
buscando y sin saberlo lo desvelan paso a paso.
domingo, 16 de noviembre de 2014
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Aurora boreal
Aunque la eternidad es uno de los
nombres de esa trampa humana/ La elevación atraviesa como un rayo y prosterna/ El
árbol muerto tirita de dolor y no sospecha que la savia de la vida lo siga estremeciendo/
Y todo se dilata / Como una llamarada de divinidad sólo que no es más que la
misma humanidad que acontece/ Son las raíces las que crujen porque saben de la
sed más que cualquier rama incinerada por la siesta/ Desde lo abierto algo
emerge silencioso / Encumbra sus filamentos / Hay más allá que el sol, hay
infinito crecimiento/ Hay infinito como palabra y como galaxia/ El árbol lo
presiente desde siempre aunque oculta sus verdades / Cela su saber porque sabe
de lo indecible/ Convierte en invisible el filamento que une raíces a estrellas
fugaces/ Aura que todo impregna y vuelve agua vuelve nube vuelve lluvia que
riega lo muerto/ Es eso humano que descubre su sí mismo en su esplendor lo que
construye al árbol como vivo o muerto/ Es la luz un factor del ojo / Todo lo
que era piedra o tierra encuentra su propio alumbramiento bajo la sombra
verdecida que ahora tiene y guarece su eterna primavera/ Es la luz que lucifica
intermitente / Es sol estrella luna tema poético y burla las mentes/ Es la luz
que arde y extingue la que ríe de la insolencia humana/ Es la luz que brilla/ La
que jala los filamentos de las raíces y liga lo que nunca estuvo atado/ Es luz
que destella y enceguece/ La que reverdece lo seco/ Es la luz del silencio
blanco que todo lo ennoblece/ La que vuelve vivo al árbol muerto e impulsa a la
flor con fragancia luminosa.
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