2009
Pensarás que no te entiendo y es cabalmente
cierto.
En mi andadura he encontrado un preciso sueño.
He seguido (al pie de la letra) tu decálogo amoroso y me ha conducido hasta la tumba.
Desde allí te pido explicaciones ¿Por qué interrumpes mi
silencio? Desde el mármol me devuelvo sobre mis pasos hacia mi propio sino. No accedo a dejarte atravesar mi arte con tu
presencia que destella hasta contaminarlo todo.
Ganarme, ha sido el vellocino de mi batalla y
hoy tu amor amenaza mi mejor obra.
Soy un hombre de barro que teme a la
tormentosa lágrima más que a cualquier espectro.
No dejaré que tu hálito abrace mi corazón. No
dejaré que tu tacto atolondre mis sentidos.
Pido al
dios del olvido que me salve de la insistencia de tu recuerdo.
Ojalá te demores en el jardín con flores y la
primavera reemplace al resto de las estaciones. La conquista de mi corazón límpido de mácula
he logrado, y ahora quieres desterrarme ¿por qué te empeñas así en mi contra?
Como la hermosa Helena que jamás envejece,
peligro hay en desatar las furias, ya sabes eso.
Concedo la renuncia que me inmola, no anidará
amor tampoco en mi ombligo y así seguiré siendo un hombre de corazón libre.
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