jueves, 14 de abril de 2011

leer y leer

Hacías tiempo en que el otoño y yo no coincidíamos como en estos días. Hay que ver qué bonito se ve el atardecer en cualquier esquina, aunque se trata más bien, de leer, de leer el Facundo, entre otras cosas que siguen valiendo las penas y las alegrías. También leer esa multitud de noticias que no significan nada, y que ya sabemos que mañana serán publicadas casi igualitas, y que tampoco significarán casi nada, leer blogs que nos encantan aunque no tengamos ni la menor idea de quién los escribe, o si se escriben solos, o si roban de cualquier otro lado lo que publican, esos en que la gente cuenta terribles intimidades o le hace un homenajen al quiosco de la esquina, digo, leer leer para espantar la muerte que dia a dia descuenta una bola más del bolillero. Leer las poesía que leíamos cuando eramos chicos y todavía nos enamorábamos de cualquier cosa, leer los cuentos menos decorosos leer cosas por las dudas y para citar de memoria cuando no hay que decir, lerr, Al día de hoy no me lo sé, espero que la próxima tenga la bolilla cuatro, que es la que me sale mejor, leer y seguir leyendo otro día más, la bolilla cuatro va toda de leer en silencio, siguiendo el orden de las páginas, sin pensar, sin imaginar, sin querer escribir una reseña del libro, leer sin placer sin expectativas, leer como un acto mecánico y atónomo, leer como si la lectura fuera un ejercicio, como si la vida no fuera a cambiar después de leer ciertos libros, leer con confianza por si acaso, no?